En el último trimestre del 2018, las excusas se me agotaron. Aunque en momentos anteriores fue más «sencillo» hacer caso omiso, no podía seguir eludiendo la responsabilidad de ser feliz.
Es por eso que para la víspera de año nuevo ya había retomado algunas de las buenas prácticas que habían sucumbido ante el famoso «ahorita no tengo tiempo»: mi contractutada espalda celebró nuestro regreso a yoga y mi mente hizo lo propio cuando reabrí uno de los tantos borradores que se encontraban en este blog.
Pero, ¡quería ir más allá! Y cuando me encontré preguntándome que otro cambio podría ser bien recibido por Estela 2.0 me di cuenta que todas las noches, al regresar a mi habitación, reinaba el caos. «Marie Kondo estaría decepcionada de mi», me dije.
La primera vez que intenté poner el método KonMari en práctica el «ahorita no tengo tiempo» se interpuso. Afortunadamente, con todos los cambios que habían tenido lugar en mi vida hasta el mes de diciembre, tomé conciencia de lo verdaderamente que significaba el orden cuando leí esta frase:
La pregunta de qué quieres poseer en realidad es la pregunta de cómo quieres vivir tu vida. El apego al pasado y los miedos relacionados con el futuro gobiernan no sólo la manera en que seleccionas las cosas que posees, representan el criterio con el cual tomas decisiones en cada aspecto de tu vida, incluidas tus relaciones con la gente y tu trabajo.
Einstein decía que “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” así que, si el desorden provenía de lo más profundo de mi ser tan sólo para materializarse, ¡era hora de limpiar algo más que mi habitación!
Por eso, lejos de querer publicar las típicas fotos del antes y después, quise recopilar de una manera divertida las mayores enseñanzas que obtuve de mi lectura de La magia del orden y La magia del orden: Una novela ilustrada e invitarlos a preguntarse «¿esto me hace feliz?» no solo con sus posesiones materiales sino en sus relaciones personales.
Let-it-go!
1. ¡Hazlo! No poco a poco, ¡de una sola vez! No importa si el proceso te toma una semana o un mes, el punto es no tener que volver a empezar. Recuerda que el reto es ordenar no por área sino por categoría: ropa, libros, papeles, komono (artículos de diversa naturaleza) y por último, objetos con valor sentimental.
[En términos de relaciones personales lo anterior podría traducirse una revisión de las personas que te rodean: amigos, familiares, colegas, conocidos, pareja.]
2. ¡Siente! Una vez que tengas frente a ti todos los objetos de una categoría, tócalos y toma conciencia de como te hacen sentir. Tu respuesta emocional a cada uno de ellos es lo que importa.
[Convive con esas personas y observa cuidadosamente como te hace sentir su presencia, como funciona su relación.]
La mejor manera de elegir qué guardar y qué desechar es tomar cada objeto con la mano y preguntarte: «¿Esto me hace feliz?». Si es así, consérvalo. Si no, deséchalo. Este criterio no sólo es el más sencillo, sino también el más preciso para juzgar.
3. ¡Confía! Kondo asegura que una vez que hayas completado el proceso de limpieza, no tendrás que hacerlo de nuevo. La experiencia te permitirá saber que es lo que verdaderamente quieres y apreciar todo lo que posees [y a quienes forman parte de tu vida].
Es un fenómeno muy extraño, pero cuando reducimos lo que poseemos y, en esencia, «desintoxicamos» nuestra casa, eso también surte un efecto desintoxicante en nuestro cuerpo.
4. ¡Reflexiona! Es importante que te preguntes: ¿qué propósito tiene esto [esta persona] en mi vida? No importa cuán maravillosas hayan sido las cosas, no podemos vivir en el pasado. La alegría y la emoción que sentimos aquí y ahora es más importante.
Tan pronto como empiezas a organizar, te sientes obligado a reajustar tu vida. Como resultado, tu vida empieza a cambiar. Es por ello que la tarea de poner tu casa en orden debe hacerse rápido. Te permite enfrentar los problemas de veras importantes. La organización es sólo un instrumento, no el destino final. El verdadero objetivo debe ser que establezcas el estilo de vida que quieres cuando ya pongas tu casa en orden.
5. ¡Libértate! Kondo opina que las cosas buscan servir un propósito. Si no las estas usando, podrían serle de utilidad a alguien más; si ya cumplieron su misión, es tiempo de dejarlas ir respetuosamente. No todo esta hecho para siempre [al igual que las relaciones], por dificil que sea aceptarlo.
El espacio en el que vivimos debería ser para la persona en que nos estamos convirtiendo ahora, no para la persona que fuimos en el pasado.
Cada consejo se siente diferente cuando sabes que Marie Kondo puede referirse al desorden que te rodea pero también a tus relaciones tóxicas, ¿verdad?
Puedo asegurarles que esta nueva perspectiva del método KonMari los inspirará a darle un agradecido adiós a aquellas pertenencias/personas que han concluido la misión que tenían en sus vidas y así permitir que una nueva etapa comience.